Hoy tengo que escribir sobre el viaje que me gustaría hacer. Se me vienen a la imaginación muchos sitios que quiero conocer: Nueva York, Santiago de Compostela…pero voy a hablar de un viaje que en realidad no podré realizar.
Yo no he tenido a oportunidad de conocer a mis abuelos, pues mi abuelo Manolo murió pocos meses antes de yo nacer y mi abuelo Curro cuando yo tenía apenas dos años, así que no tengo recuerdos de ellos, solo lo que me cuentan mis padres. Del primero he heredado la afición a los caballos, y del segundo, quizás el que me guste viajar.
Mi abuelo Curro fue un emigrante de los años 60; el se fue a trabajar a Alemania y estuvo allí durante treinta años; siempre residió en la ciudad de Hamburgo. Mi madre conocía la ciudad por fotos y postales que constantemente les enviaba mi abuelo y también por un viaje que hizo cuando él estuvo en el hospital. Ella siempre dice que le hubiera gustado conocer en profundidad la vida que su padre llevó allí; ahora tenemos todos los medios para estar comunicados como teléfonos, Internet, comunicaciones entre países, pero cuando mi abuelo se fue y durante muchos años el medio de comunicación entre el y su familia eran las cartas. Me hubiera gustado ir con mi abuelo a esa ciudad, que el me sirviera de guía, me enseñara la bonita ciudad de Hamburgo, su puerto tan impresionante, los canales del rio Elba, la catedral, el Ayuntamiento, los puentes, el túnel bajo el mar que mi madre recorría todos los días que estuvo allí, la estación donde él todas las mañanas muy temprano cogía el tren para ir a su trabajo, la residencia donde vivió durante todos esos años, la casa de España donde acudía a compartir con los otros españoles resientes allí, los almacenes portuarios….Quizás algún día haga este viaje pero nunca será como lo imaginé.
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