lunes, 14 de marzo de 2011

Para muestra un botón.

¡Y por fin llegó el día!, aquel día tan esperado por todos: el día de la performance, que a estas alturas creo que está claro lo que es y de qué va. La realizamos el día 8 de marzo que dio la casualidad que coincidió con  el día de la mujer y con el carnaval, aunque alguno de los que nos vieron soltaron alguna frasecita relacionada con el carnaval ya que nuestras vestimentas no eran del todo normales. Pero no estábamos celebrando esta fiesta, concretamente estábamos realizando un homenaje a nuestros antepasados que en  la época de postguerra, cuando en la península ibérica dominaba el régimen franquista, sobrevivieron con demasiadas calumnias.
Todo comenzó por el mes de septiembre, a principio de curso. Casi todos por lo menos yo teníamos idea de que este año nos tocaba hacer una performance o algo por el estilo. Un día Miguel nos enseño una caja de botones y nos explicó en que consistía la actividad, y aunque nos costó trabajo comprender de que iba, al final resultó ser un pequeño teatro en el que cada uno teníamos que convertirnos en una persona de los años 40 y contar su historia. La verdad es que había mucha gente en contra ya hubiera sido por vergüenza o porque nadie los viera así vestidos, la verdad es que a mí no me hacía mucha gracia salir a un escenario y hablar delante de un público ya que soy un poco tímida. Cuando se iba acercando la fecha empezamos a ensayar y claro el día antes del primer ensayo todos buscando la ropa para poder representar, en  mi caso tuve que pedirle prestada a mi tía una falda negra y que me realizara un delantal en tiempo record, ya que es muy buena costurera. Aunque realizamos dos ensayos todo dio un giro y  los planes cambiaron. Finalmente, grabaríamos un video que uno de nuestros profesores de historia a que lo llevará a Prado del Rey , y vestiríamos de la época durante un día entero, esa idea me gustó mucho más. No simplemente nos vestiríamos de aquella época, sino que también debíamos de comer y dar clases como se daba en aquella época. Cada uno aportaba su granito de arena, algunos llevaban el pan otros un cesto, un botijo, navajas…
Y  por fin llegó el día, nervios, risa, caras de sueño por el madrugón, frio…en fin, pero mereció la pena. A las ocho menos veinte estaba en la puerta ya que había quedado con mi amiga para comprar el pan en  la panadería, y a casi menos diez entramos en la clase para cambiarnos de ropa en el que echamos un buen rato riéndonos de nuestras vestimentas. En la clase Miguel nos dio las lenguas traperas que debíamos repartir durante todo el día y las instrucciones de los pasos  que debíamos seguir, por ejemplo, tratar a los profesores de Don o Doña, levantarnos cada vez que entraba alguien en la clase…
La primera clase que dimos en la mañana fue biología y la verdad es que me llevé casi toda la hora riéndome ya que cuando alzaba la vista hacia atrás veía a todos mis compañeros con ropas que nunca hubiera pensado verlos y también se veía raro ya que en  la época en la que nos situábamos y las explicaciones sobre las células no pegaban mucho, pero eso era lo de menos. En el cambio de clase tuve que ir desde el tercer módulo al primero a recoger un bolso que había olvidado, en ese momento pasé una de las mayores vergüenzas de mi vida, primero los alumnos de forestales me miraron raro y se rieron aunque no les hice mucho caso ya que yo iba metida en mi papel de mujer que no le podía discutir a los hombres ,pasando por el segundo módulo una clase entera me miró por los cristales y empezaron a chismorrear y al volver una alumna de diversificación me hizo entrar en una clase y contar de que íbamos vestidos, en ese momento me quería morir pero ahora me rio. A segunda hora tuvimos clase de proyecto integrado, en la que vimos aquel pequeño cortometraje que había realizado José Ángel y que lo felicito y le doy las gracias por habernos ayudado a realizar este trabajo, también estuvimos hablando de lo que íbamos a hacer las horas siguientes. A tercera hora tuvimos clase de filosofía que transcurrió con total normalidad. Y finalmente, uno de los mejores momentos de día, el recreo, donde en  el tercer módulo debíamos comer el desayuno a pedazos, normalmente era pan y chorizo o tortilla, en cambio, las que hacían de rica de la época tomaban su té y sus pastitas , en el recreo me  pude fijar bien en las caras que ponían los demás alumnos del  instituto, algunos miraban y cuchicheaban, otros miraban embobados la escena,  otros más pequeños no sabían de que íbamos…tras el recreo tuvimos clase de  matemáticas, Lengua y CMC, aunque estas transcurrieron como normalmente. Nunca se me olvidará la cara que ponían nuestros profesores cada vez que entraban y nos veían así vestidos. Tuve la oportunidad de preguntarle a nuestra profesora de matemáticas que cual era la sensación que se sentía dando clase y vernos a todos vestidos tan raros, ella me contestó que se le hacía raro y que al principio le costó acostumbrarse. Desgraciadamente, llegaron las dos y veinte y con ello el final de la jornada, cambiarnos  de ropa y volver a la vida real.
Personalmente ha sido una experiencia muy bonita. Me divertí muchísimo mientras cambiábamos de clases y  ver las caras de alumnos que miraban también al ver a los profesores que nos  miraban anonadados, sin duda alguna repetiría esto ya que hemos aprendido en muchos aspectos, sobre todo hay que resaltar el esfuerzo que han realizado nuestros profesores Miguel y José Ángel, ya que sin ellos hubiera sido imposible realizar esta actividad, porque para que engañar, somos unos flojos. También me he llevado una buena satisfacción de realizar este trabajo ya que me ha  ayudado a vencer poco a poco los miedos que tenia al principio, y nos ha demostrado que arriesgar y superar los miedos en algo positivo nos ayudará en un futuro.
Y bueno, esto es todo, hasta aquí un testimonio de uno de los mejores días de instituto que he tenido hasta el día de hoy.
Saludos.



Performance "y para muestra un botón"

El comentario de esta semana trata sobre la performance que realizamos el pasado martes 8 de marzo, llamada “Y para muestra un botón”. Todo empezó un día en una clase de proyecto integrado, fue de las primeras clases que dimos este curso, Miguel nos dijo que ese año haríamos una representación de los años de la posguerra en donde cada uno seriamos un personaje real o inventado, que vivera en aquellos tiempos y que a partir de un botón tendríamos que contar su historia, a mi no me gusto mucho la idea de actuar delante de la gente, con el paso del tiempo Miguel nos pidió que fuésemos preparando nuestros personajes poco a poco, elaboramos nuestro guion, buscamos el botón y mas tarde fuimos buscando ropa acorde con nuestro personaje,… mas tarde en el segundo trimestre Miguel nos dijo que no lo haríamos como habíamos hablado en un principio, si no que lo que haríamos seria una performance, tendríamos que ir un día al instituto vestidos de época y actuando como actuarían en esa época, de modo que preparamos las cosas para realizar la performance y también hicimos un video sobre esto, para ello tuvimos que vestirnos con la ropa de nuestro personaje y contar nuestra historia para grabarnos y hacernos fotos, después escogerían las mejores para el video en el que también se hallarían fotos y videos reales. Cuando llego el día, llegamos todos un poco antes para cambiarnos de ropa y prepararnos, tuvimos que dar clases vestidos de época y comportarnos como entonces así que debíamos levantarnos cada vez que entraba un profesor en clase y no podíamos sentarnos hasta que no nos diesen permiso, también tuvimos que llamarles de usted.
A la hora de comer debido a la lluvia tuvimos que reunirnos en el tercer modulo para hacerlo, nos sentamos todos en circulo y empezamos a comer como harían nuestros antepasados, pan de telera, con embutidos que cortaríamos usando navajas. Al principio no me gusto mucho la idea, pero al final lo pase bastante bien con esta experiencia.

domingo, 13 de marzo de 2011

Una experiencia muy especial

Todo empezó el día en que estando en la clase de proyecto integrado como cada martes, Miguel nos propuso una idea muy interesante. Nos propuso hacer una performance (muestra escénica, muchas veces con un importante factor de improvisación, en que la provocación o el asombro, así como el sentido de la estética, juegan un rol principal) llamada “Para muestra un botón” en la que representaríamos a gente que vivió durante la posguerra, para ello iríamos representados por un botón que nos perteneciera. Cuando nos planteó la idea hubo gente que estuvo en contra por vergüenza, o simple desgana, y que no quería llevar a cabo lo que sería una bonita experiencia. Otros, en cambio, estuvieron de acuerdo y lo vieron como idea divertida. Yo al principio debo admitir que pensé que no lo haría bien y que sería vergonzoso pero después me animé y, la verdad, me encantó.
Mi papel en la obra fue el de una mujer que se queda viuda joven con una niña pequeña sin nadie que la ayude ni dinero, así que tiene que dejar a su hija en un orfanato. Esta historia surgió gracias a mi abuela que fue esa niña y su madre, mi bisabuela, que fue la que la vivió. Yo no conocía la historia de cómo llegó mi abuela a criarse con las monjas del Amor de Dios, solo sabía que había crecido allí porque de pequeña me llevó a lo que es ahora allí a que las monjas me conocieran y me contaba muchas anécdotas de cómo era su vida allí. Mi abuela se sintió muy orgullosa cuando le dije lo que iba a hacer y no paró de aconsejarme sobre la ropa que debía llevar, el peinado que me pondría, lo que debía comer, etc. De algún modo sirvió para que ella se animara un poco y estuviéramos más unidas, lo que debo agradecer mucho al creador de esta idea. Mi madre me ayudó mucho buscándome la ropa de una obra de teatro en la que ella actuó titulada “La casa de Bernarda Alba” y que me sirvió ya que era ropa de luto. Mi abuelo me prestó su navaja con la que comí ese día.
En primer lugar tuvimos que ir a ensayar por la tarde para saber el lugar que tendría cada uno en la obra y darnos algunas lecciones sobre la forma en la que contaríamos nuestra historia. Luego fuimos a grabar un vídeo de cada uno de nuestros personajes para escoger a los que mejor lo hicieran y elaborar un video con ellos. Al principio íbamos a hacer una obra de teatro en el salón de actos en la que mediante un botón contaríamos toda nuestra historia pero luego los profesores encargados de ayudarnos en esto y montarlo todo (Miguel Roa y Jose Ángel) decidieron que sería mejor realizar una performance en la que estaríamos un día entero vestidos de gente de la posguerra.
Y llegó el día esperado, entre nervios y risas nos vestimos todos en la clase como podíamos, en el baño con las caras rojas de calor y vergüenza, unos minutos antes de que empezaran las clases para irnos todos juntos. Al salir podía percibir cómo nos miraban curiosos, extrañados y se reían un poco, pensando que estábamos vestidos así porque esa semana era carnaval. Nos preguntaban el porqué de nuestra indumentaria y nosotros respondíamos dándoles una lengua trapera, una pequeña explicación y si daba tiempo un poco de teatro sobre nuestra historia. No sentí tanta vergüenza porque íbamos muchos juntos y era difícil que se fijaran en una sola persona, dábamos una visión general de la época de la íbamos vestidos. En las clases los profesores cuando nos vieron llegar no daban crédito de lo que veían y algunos se reían, pero todos, a nuestro pesar, dieron clase como todos los días. Recuerdo a Encarni que no podía parar de reírse al vernos y a Araceli que comentaba algunos de nuestros peculiares atuendos.
Como estábamos en los años de la posguerra debíamos hacer lo que se hacía en esa época así que no podíamos sentarnos hasta que nos dieran permiso y debíamos levantarnos cada vez que entraba un profesor, además de llamarlo de usted lo que resultaba un tanto incómodo. Otra anécdota sobre las clases tuvo lugar debido a que tenía que hacer un examen y no me daba tiempo así que la profesora, Laly, me dejo que lo terminara en la clase que tenía después. Esa clase creo recordar que eran niños de segundo o tercero y mientras que hacía el examen no paraban de mirarme curiosos y sorprendidos, lo que dificultó un poco mi concentración.
Entonces llegó el recreo, para comer no teníamos un bocadillo y un zumo como cada día sino que el pan que se hacía en esa época era un pan grande, y de corteza dura, de campo que teníamos que cortar con una navaja. El embutido teníamos que cortarlo, no venía ya cortado y envasado, algo que a alguna de mis compañeras costó algo de trabajo. En general nuestra vida de hoy es muy diferente a la que vivieron ellos.
En conclusión, nunca olvidaré el día en que me tuve que vestir de mujer de los duros años 40 y asumir un papel tan diferente al mío de adolescente despreocupada y que lleva una vida de lujo en comparación con esa época. Si me lo propusieran otra vez aceptaría encantada e incluso he llegado a oír a algunos de mis compañeros diciendo que lo harían otra vez porque fue divertidísimo. Todo esto sirve para además de hacer un homenaje a las personas que vivieron esta mala situación como fueron nuestros abuelos, de las penurias que pasaron para poder mantener a sus familias y concienciarnos de lo afortunados que somos de tener todo lo que poseemos.

sábado, 12 de marzo de 2011

Para muestra un botón

Todo empezó hace unos meses cuando un día en clase de PI, de pronto Miguel dijo “Para muestra un botón”.Nadie sabía de que hablaba hasta que nos lo explicó. Consistía en una especie de teatro de los años 40, digo especie ya que no era un teatro como los que normalmente estamos acostumbrados a ve, ya que iba a ser una especie de monólogos; empezamos a preparar los personajes, las historias, los diálogos de cada uno…Cuando tuve que escoger mi personaje me informé un poco sobre esa época, cuáles eran los dos bandos(los nacionales y los rojos) ya que lo había escuchado pero no conocía muy bien el asunto, pregunté a mis compañeros y todo iban a representar un personaje de clase baja, que lo había pasado mal ya que algunas habían perdido sus maridos, trabajaban en el campo, sirviendo… y me dije a mi misma: Inma ¿Por qué no representas un personaje de una clase social mas o menos acomodada? Estuve pensando mucho en esa cuestión ya que tenía pensado representar el personaje de cómo vivió una de mis dos abuelas pero recapacité y decidí que sería mejor mostrar otra cara de la post-guerra que ninguno de mis compañeros lo iba a hacer. Cuando empecé a modelar mi personaje decidí que sería la mujer del médico, tenía tres hijos y mi quehacer diario consistía en vigilar que las criadas hicieran todo su trabajo, ayudar al párroco con las labores sociales… Este mini monólogo lo preparé porque en teoría íbamos a representar un diálogo pero finalmente los profesores decidieron que era mejor vivir por un día en los años 40 y eso si que nos sumergiría en la época, en como vestían, comían, como se comportaban…con la comida hubo un poco de polémica ya que todos decían ¡Qué vergüenza comer con navajas, el pan a pellizcos y una telera grande para unos cuantos! Pero al final todos aceptaron sin remedio alguno a contradecir a Miguel y comieron como decían algunos alumnos de otros cursos que nos estaban viendo “como abuelos”, sin embargo yo por suerte o desgracia tuve que desayunar pastas como una señora fina de la época, también me llevé una taza antigua, una servilleta bordada y una pequeña cucharilla para mover el café en teoría ya que bebí zumo. Cuando entrábamos en las clases los maestros no sabían qué hacer, algunos reían y los que llevan más tiempo en el instituto decían:” eso es cosa de Miguel,” al entrar el profesor nos levantábamos cabizbajos y hasta que no decían os podéis sentar no había uno que pronunciara una palabra aunque después empezábamos a contarle de qué iba la cosa. Casi me olvidaba de decir lo más importante, a parte de pasar un día en los 40 hicimos un vídeo cada uno y varias fotos propias de la época, algunas tan conseguidas que no consigues diferenciarlas de las antiguas de verdad, con estos videos y fotos Jose Ángel profesor de historia ha hecho un vídeo el cual no tengo palabras para describir, es como una especie de documental de la época que combina nuestros videos y fotos con videos y fotos propiamente de los 40. Cuando estábamos viendo el vide estábamos muy ansiosos por saber si saldríamos aunque sabíamos que no todos los videos nuestros estaban en la película ya que hubiera sido eterna, a medida que lo veíamos pensábamos ¿Me habrá escogido? Todos deseosos pero sólo unos cuantos, incluida yo tuvimos la suerte de salir en el video, cuando me vi en la pantalla grande sentí una especie de alegría y nervios ya que ese vídeo lo voy a tener para toda la vida y cuando sea mayor y lo vea me vendrán los recuerdos de ese día tan especial que vivimos. El próximo 8 de abril iremos a Prado del Rey un pueblo de la sierra donde presentaremos el vídeo a un concurso, así que todavía no se nos ha quitado el gusanillo que nos entró y además nos tendremos que vestir otravez de la época.

Para muestra un botón...sin duda una experiencia inolvidable.

Esta semana volvemos a la rutina de los comentarios, pero creo que este puede ser uno de los más interesantes que he realizado desde que empezó el curso, ya que la performance "Para muestra un botón", que es de lo que trata este nuevo comentario, me ha supuesto una experiencia maravillosa y que volvería a repetir.
Y ahora sí, voy a empezar contando el comienzo de esta aventura un día como otro cualquiera en la clase de Proyecto Integrado.
Todo surgió cuando Miguel nos comentó la idea de llevar a cabo la performance, la cual por cierto, causó un cierto revuelo en la clase, pues era una actividad obligatoria para aprobar la asignatura y a casi nadie le gustó la idea de tener que vestirse con ropa antigua y además tener que subirse al escenario.
Lo primero que Miguel nos asignó fue la construcción de nuestro personaje de los años 40 a través de un comentario en el blog. Al principio, no se me ocurrió nada, llamé a mi abuela, como casi todas las tardes, para que me contara su historia(aunque ya la sabía), y así ver si me inspiraba un poco o me contaba la historia de otra persona que ella conociera. Y así fue, me contó una historia que me gustó mucho, sobre un mujer que quedó embarzada de un señorito, al cual ella servía, y tuvo que marcharse del pueblo para criar a su hija. Esto además de servirme como idea para mi personaje, me supuso una oportunidad para que la gente joven de ahora conociera la vida que llebava una madre soltera(y además pobre) de esos años.
Cuando tuve mi personaje, Miguel nos dio a elegir un botón, que supuestamente pertenecería a esa persona de la que hablaríamos, y nos explicó que la performance consistiría en hacer una especie de teatro en el que cada uno iría contando su historia usando una ropa llamativa, hasta convertirse en la persona de la que hablaba.
Todo esto fue por el mes de Diciembre, así que aprovechando que iban a llegar las vacaciones de Navidad y que podría ir a ver a mi familia, le pedí a mi abuela algo de ropa. Ella estaba muy ilusionada con la idea y rápidamente empezó a buscarme cosas mientras me contaba anécdotas de su juventud y de todo lo que tuvo que trabajar para salir adelante. Sin embrago, no encontró nada, una falda negra fue todo lo que me pudo prestar(es que ella no suele guardar cosas que no le sirvan y además ella viste de forma actual). Pero la verdad es que no me importó, pasé un rato estupendo con mi abuela(y mi prima, que también nos estaba ayudando), y me acordé de eso que tantas veces nos dice Miguel de que ahora no somos conscientes de que nuestros abuelos siguen aquí, pero que algún día se irán. Yo me acuerdo de esta frase porque a pesar de que mis abuelos siguen vivos, están lejos, y por eso siempre que puedo les llamo y les cuento mis cosas.
Cuando se iba acercando la fecha comenzaron los ensayos con Miguel y Jose Ángel. Era divertido salir al escenario y mostrar la vida de una persona que no eres tú, pero esto me daba muchísima vergüenza, así que me supondría un reto bastante importante.
Pero de repente, ¡los planes cambian!. Ahora no tendríamos que representar a nuestro personaje, sino que tendríamos que ir vestidos de la época durante todo un día de clase, y a cualquier persona que se acercara había que contarle la historia de tu personaje. La verdad es que todo esto me chocó un poco, pues habíamos estado varias tardes practicando y al final eso no iba a servir de mucho, pero luego pensé que de este modo pasaría menos vergüenza, ya que mis compañeros también irían vestidos de la época e iríamos todos juntos.
Por fin llego el día, y lo primero que hice al llegar al instituto fue esperar a mis amigas, pues habíamos quedado en la puerta para comprar una telera de pan. Además de esto, llebávamos queso chorizo y lomo para poder comer en el recreo de una forma peculiar, así como lo hacía la gente por aquella época. Cuando llegamos a la clase, ya había gente que se estaba cambiando de ropa, de modo que rápidamente y antes de que tocara el timbre para comenzar las clases, me vestí con la ropa más antigua que pude encontar en mi casa, cogí algunas lenguas traperas para repartirlas, como nos había indicado Miguel, y salí junto con el resto de la clase, con la mejor cara que pude e intentando pasar desapercibida entre la gente, ¡pero era imposible(claro)!. Recuerdo cuando nuestra profesora de biología nos vio llegar vestidos de esa forma y tenía una cara entre impresionada y asustada. Luego llegó Miguel a la clase para hacernos algunas fotos, y como él nos había dicho, todos nos pusimos de pie. En la siguiente hora(y otra vez el cambio de clase de por medio en el que todo el mundo te miraba como si hubieras salido de una película antigua), Miguel nos mostró un video con fotos y videos nuestros que había realizado Jose Ángel intercalánolo con fotos y otros videos antiguos de Franco y demás personajes. Tengo que decir, que ese video me emocionó, supongo que al ver a los niños pasando hambre"se me abrió la fibra sensible".Luego, nuestro profesor nos recordó que además de la performance, ese día era 8 de Marzo, y era el día de la mujer. Recuerdo que nos preguntó si estábamos de acuerdo con la posicíon de la mujer respecto al hombre en la sociedad, pero nadie dijo nada, y yo tampoco, aunque tenía ganas de decir muchas cosas. Y cuando preguntó sobre si nuestros padres colaboraban en las tareas de casa, yo dije que sí, y en ese momento me sentí muy orgullosa de tener una familia que se reparte las tareas, y en la que todo el peso de la familia no cae sobre la mujer, cosa que todavía pasa en muchos hogares. Después de esta clase el día transcurrió más o menos "normal", y ya no me daba nada de vergüenza salir en los intercambios de clase y que todo el mundo me viera. Pero, sin duda, lo más divertido de todo el día fue el recreo, cuando empezamos a comer todos en círculo en el tercer módulo teleras de pan, tortilla, chorizo, queso, etc. Algunos llebavan botijos antiguos y otras usaban finas tazas y pastas, puesto que eran las ricas de la época. Seguido de esto, las clases continuaron, y para ser sincera, cuando llegó el momento de marcharse a casa y cambiarse de ropa, era cuando ya por fin le había cojido el gustillo a eso de andar por ahí vestida de los años 40.
Por todo esto, lo único que me queda por decir es que tal vez si la actividad no hubiera sido obligatoria no la hubiera hecho, y por eso le agradezco a Miguel que así lo hiciera, pues al final he conseguido vencer un poco mi timidez y además me lo he pasado "bomba".